¿Alguna vez alguien ha reconocido y reflejado lo que sientes de una forma tan perfecta que te ha hecho llorar?
¿Alguna vez alguien se ha tomado la molestia de sentarse contigo en silencio en medio de tu dolor y simplemente cogerte de la mano?
¿Alguna vez le has contado a alguien tu historia, has compartido tu dolor o has reconocido tu vergüenza, y se le han saltado las lágrimas en respuesta a los poderosos sentimientos que estabas expresando?
Si es así, ésta es la esencia de la empatía.
La empatía es la capacidad de sentir lo que sienten los demás. Es la capacidad de identificarse tan íntimamente con las emociones del otro que es como estar dentro de su piel.
Pero más allá de compartir los sentimientos de otro, es la voluntad de imaginar cómo la otra persona se ve impactada por sus emociones.
Es la elección consciente de centrarse en el estado de ánimo de la otra persona antes que en el propio. La empatía suele ser el primer paso para actuar con compasión por alguien.
Hay dos tipos de empatía que pueden darse por separado o conjuntamente. La primera es la empatía afectiva, que se refiere a los sentimientos que sentimos cuando observamos o percibimos las emociones de otra persona. Por ejemplo, si ves a alguien llorar, tú también te sentirás triste o con lágrimas en los ojos.
El segundo tipo de empatía es la empatía cognitiva. Se trata de la capacidad de identificar y comprender las emociones de otra persona.
Eres capaz de ver una situación desde su perspectiva y comprender sus emociones o reacciones.
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¿Qué es la empatía y en qué se diferencia de la simpatía?
Tanto la empatía como la simpatía se basan en la compasión y en el hecho de compartir sentimientos y experiencias.
La simpatía es un sentimiento de cuidado y preocupación por alguien y el deseo sincero de que esa persona se sienta mejor o más feliz. La simpatía va más allá de la mera lástima por la difícil situación de alguien para mostrar una auténtica preocupación por su bienestar.
Sin embargo, la simpatía, a diferencia de la empatía, no implica una perspectiva compartida o emociones compartidas. La empatía se centra más en identificarse personalmente o proyectarse en la situación de otra persona.
- Puedes sentir simpatía por alguien que acaba de perder su trabajo, pero si nunca has perdido un empleo, es difícil sentir empatía.
- Puede que sientas simpatía por alguien que se ha divorciado recientemente, pero es difícil empatizar porque resulta demasiado incómodo ponerse en su lugar.
- Puede que sientas simpatía por alguien que acaba de perder dinero en bolsa porque tú también lo has perdido, pero tu simpatía se basa más en tus propios sentimientos de frustración que en los de la otra persona.
Para poder empatizar, hace falta imaginación, esfuerzo y, a menudo, una experiencia similar para ponerse en el lugar del otro. La empatía implica un cierto nivel de disposición a adentrarse en el espacio emocional de otra persona y sentarse con ella allí, aunque resulte incómodo. Es una forma de decir: «Te comprendo porque soy tú, y estoy dispuesto a compartir tu dolor».
Por muchas razones, la empatía es más difícil de lograr que la simpatía. No sólo tienes que escuchar realmente a la otra persona sin juzgarla, sino que también debes reconocer ante ti mismo y ante la otra persona los sentimientos similares que compartes como oyente.
Esta conexión íntima y el intercambio mutuo tienden puentes que generan confianza y comprensión.
La conexión creada por la empatía es curativa y positiva para ambas personas, aunque no se resuelva nada o el dolor persista.
El objetivo de la empatía no es apresurarse a encontrar una solución o una respuesta, aunque más adelante pueda ser conveniente ayudar a la otra persona a encontrar una solución. El objetivo es aliviar la soledad y el aislamiento del otro en su difícil situación.
Para algunos, como las personas altamente sensibles y empáticas, sentir empatía es natural y automático. La alta sensibilidad es un rasgo natural que se da en el 15-20% de la población, tanto en hombres como en mujeres.
Una de las características más comunes de los sensitivos es la capacidad de reconocer y experimentar rápidamente los sentimientos de los demás. Muchos empáticos sugieren que pueden sentir los sentimientos de alguien cercano aunque no se encuentren en el mismo lugar.
Los que no son muy sensibles (que son la inmensa mayoría de las personas) pueden necesitar perfeccionar sus habilidades de empatía.
La mayoría de las personas tienen cierta empatía natural, ya que desempeña un papel en nuestra historia evolutiva y puede atribuirse a las neuronas espejo de nuestro cerebro. Sin embargo, puedes mejorar tus habilidades empáticas naturales con algo de práctica.
La pregunta es: ¿por qué querrías hacerlo? ¿Por qué es importante perfeccionar la capacidad de mostrar empatía?
Los beneficios de la empatía
La empatía es un componente primordial de la inteligencia emocional y la base de una vida honorable y significativa. Los seres humanos somos criaturas sociales, y el ingrediente clave de todas las relaciones exitosas es comprender las necesidades y emociones de los demás. He aquí otras razones de peso para practicar la empatía:
- La empatía fomenta sentimientos de placer y satisfacción.
- La empatía amplía tus percepciones.
- La empatía conecta y transforma tus relaciones y elimina los bloqueos a la acción.
- La empatía te hace estar más dispuesto a ayudar a los demás aunque vaya en contra de tus propios intereses.
- La empatía reduce los prejuicios y el racismo y fomenta la comprensión.
- La empatía aumenta la intimidad y la satisfacción en tu relación amorosa.
- La empatía ayuda en la resolución de conflictos.
- La empatía reduce el acoso y la agresividad en los niños.
- La empatía promueve actos heroicos y desinteresados.
- La empatía equilibra la desigualdad y la disparidad social.
- La empatía de los directivos crea empleados más felices y satisfechos.
- La empatía de los médicos favorece la salud y el bienestar emocional de los pacientes.
La empatía es una práctica que enriquecerá tu vida y ampliará tu experiencia del mundo que te rodea. Al salir del capullo de tu propia existencia, problemas y emociones, conectas con un nivel de compromiso y conciencia más profundo y satisfactorio para el alma.
Si la empatía no te sale de forma natural, o si te has aislado de ella porque temes que sea demasiado dolorosa, puedes aprender a cultivar más empatía en tus experiencias cotidianas con un poco de práctica y esfuerzo.
Cómo cultivar la empatía
Simplemente tomando conciencia del poder de la empatía y realizando un cambio en tu forma de pensar, empezarás a notar que te vuelves más empático. Si te interesa lo más mínimo el crecimiento personal, desarrollar la empatía es la lección 101 de tu plan de estudios.
Para crecer como persona, hay que ser capaz de abrazar la gran variedad de experiencias vitales, tanto si las vives tú mismo como si te pones en la piel de otra persona que las experimenta. No podemos crecer si nos quedamos aislados en las pequeñas cajas de nuestras propias vidas.
He aquí algunas formas de empezar a desarrollar más empatía:
✅ Cuando estés con otra persona, intenta centrar tu atención en el exterior para comprender sus comportamientos, estados de ánimo o expresiones. Esté plenamente presente y escuche atentamente cuando le hablen en lugar de quedarse atrapado en su propia cabeza o preparar su respuesta.
✅ No te apresures a ofrecer soluciones o a minimizar la situación o su dolor. Demuestra con tu contacto visual, tus expresiones y tu lenguaje corporal que «entiendes» lo que les pasa.
✅ Refleja a la otra persona lo que le estás oyendo decir. Permítele que se sienta profundamente escuchado. No se trata de repetir sus palabras de memoria, sino de reflejar sinceramente los sentimientos que hay detrás de las palabras pronunciadas.
✅ Refleja físicamente a la otra persona en su lenguaje corporal si puedes hacerlo sin que parezca raro. Lo hacemos inconscientemente con la gente que nos gusta, así que intenta hacerlo intencionadamente para mostrar conexión.
✅ Imagina activamente que eres esa persona y que su reto o dolor es el tuyo. Permítete sentir los sentimientos de tristeza, rabia, arrepentimiento, miedo, dolor, vergüenza o culpa que siente esa persona. Sólo sintiendo lo que sienten los demás podemos empatizar de verdad con ellos.
✅ Extiéndete para hablar más con personas de culturas, entornos socioeconómicos, credos o convicciones políticas diferentes. Pasa tiempo fuera de tu «tribu» para entender mejor de dónde vienen los demás y por qué son como son.
✅ Desafía tus suposiciones sobre los demás y aléjate de tus prejuicios personales. Es difícil ser empático cuando te basas en estereotipos con los que no te identificas. Sal de tu zona de confort y busca oportunidades para cuestionar tus creencias y opiniones arraigadas.
Tener simpatía por otro es un acto de bondad y compasión. Mostrar empatía por otro es un acto de servicio.
Con empatía, te extiendes para encontrarte con otro donde está y te detienes un rato para sentarte con él en su sufrimiento.
Ambas son necesarias para tu evolución personal, pero la empatía tiene el poder de transformarnos y elevarnos a la vez que hace del mundo un lugar mejor.