Sabes que no has hecho nada malo, pero te sientes culpable.
¿Te has encontrado en esta situación?
No te preocupes, mucha gente siente culpa y vergüenza innecesarias.
Para ayudarte a entender por qué ocurre esto y qué hacer al respecto, en este post te explicamos los pormenores del sentimiento de culpa cuando no has hecho nada malo.
¿Por qué me siento culpable de algo que no he hecho?
¿Te estás preguntando: «¿Por qué siempre siento que he hecho algo mal?». Varios factores podrían estar en juego.
Evitas los conflictos
¿Evitas los conflictos? ¿Corres en dirección contraria cuando la confrontación asoma la cabeza?
Muchas personas de esta categoría suelen absorber las emociones de las personas con las que discuten. Un psicólogo podría explicar los detalles, pero basta con decir que el acto de discutir, por el motivo que sea, desencadena sentimientos de culpa.
Por ejemplo, supongamos que un día discutiste con un amigo y no resolvisteis el problema. Al día siguiente, resulta gravemente herido en un accidente de coche, y nunca pudisteis reconciliaros.
Pasar por un acontecimiento tan traumático puede hacer que desarrolles un problema en torno al conflicto y que asocies para siempre la «culpa» con la confrontación.
Te gusta complacer a la gente
Muchas personas -especialmente las mujeres- son educadas para «complacer a la gente». En lugar de tener en cuenta sus sentimientos, emociones y realidades, se les enseña a dar prioridad a los demás.
Por desgracia, las personas que complacen a los demás tienden a sentirse culpables cuando no son elogiadas por aquellos a quienes intentan complacer.
Tienes surcos cerebrales «negativos»
Supongamos que te encuentras pensando en el pasado, reproduciendo en tu cabeza los mismos malos recuerdos de siempre o tratando de encontrar algo por lo que sentirte culpable.
En esos casos, tus vías neuronales pueden estar configuradas en «negativo», gracias a un fenómeno llamado neuroplasticidad.
Es un concepto científico complicado. Pero en términos sencillos, significa la capacidad de tu cerebro para cambiar. A veces, el cambio es bueno. Pero si siempre tienes pensamientos negativos, esas vías neuronales se refuerzan.
La buena noticia es que puedes darle la vuelta a esto con un poco de terapia cognitivo-conductual y trabajo de atención plena.
Tienes poca confianza en ti mismo
La baja autoestima es como una droga adictiva: altera la química del cerebro y distorsiona la realidad.
Por eso, las personas con baja autoestima suelen atribuirse la culpa a sí mismas.
9 maneras de dejar de sentirte culpable cuando no has hecho nada malo
Ya entiendes por qué puedes sentirte culpable en momentos inadecuados. Ahora, vamos a explorar cómo darte un respiro y cambiar este comportamiento.
1. Reconocer los factores desencadenantes
Hoy en día, ir a terapia es algo habitual, por lo que es fácil olvidar que hace sólo 15 años la salud mental seguía siendo un tema tabú.
Afortunadamente, la terapia se ha generalizado y nunca ha sido tan fácil ponerse en contacto con psicólogos, psiquiatras y entrenadores que pueden ayudarle a afrontar aspectos de su vida.
Aun así, muchas personas siguen ciegas ante sus propios desencadenantes. No sólo nunca se les enseñó a cuidar su salud mental, sino que puede que se les haya animado a enterrar sus emociones a toda costa.
Si esto te suena a ti, el primer paso es averiguar por qué te sientes culpable. ¿Es racional o tiene su origen en un ridículo vestigio cultural de un tiempo pasado? A continuación, piensa si se trata de un patrón. ¿Te provoca el mismo tipo de cosas? ¿A qué crees que se debe?
Una vez que sepas por qué determinadas cosas te hacen sentir de determinada manera, podrás regular mejor tus reacciones cuando te enfrentes a ellas.
2. Acepta tus limitaciones de influencia
Por mucho que queramos «salvar» a los seres queridos destructivos de sí mismos, a veces, los humanos no podemos ser una fuerza de cambio entre personas que no reconocen sus defectos y faltas.
Si tus sentimientos de culpa están relacionados con personas que no pueden ver sus defectos, aprender a aceptar tus limitaciones para influir en ellas puede ser de gran ayuda.
Una vez que reconozcas que no puedes cambiar a la gente y reconozcas que es problema de la otra persona, no tuyo, la autoculpabilidad se disipará, o al menos disminuirá.
3. Pasa menos tiempo con la gente que te hace sentir mal
¿Hay alguna persona que te hace sentir fatal? ¿Has intentado hablar con ella de la situación sin éxito?
Hay un dicho que dice que las personas llegan a nuestras vidas por una razón y una temporada. Y quizá ese tiempo haya llegado a su fin con la persona que te hace sentir culpable.
Piensa en la relación en cuestión. ¿Merece la pena arreglarla? Si es así, inténtalo. Si no, simplemente deja de pasar tiempo con gente que te hace sentir fatal. La vida es demasiado corta, o demasiado larga, según se mire.
Pero hay una advertencia. Asegúrate de no ser tú el denominador problemático. ¿Eres tú el que arrastra todo un equipaje lleno de traumas y puntos ciegos sin tratar?
Los que no han aprendido a ser conscientes de sí mismos suelen culpar a los demás en lugar de reconocer sus problemas y trabajar en ellos.
Aunque te cueste admitir que eres una de esas personas, merece la pena. Si haces el trabajo, emergerás como un superhéroe emocional.
De lo contrario, te pasarás la vida desterrando a la gente buena cuando, en realidad, eres tú quien podría hacer algunos ajustes de comportamiento.
4. Practica la atención plena
Nunca debes sentirte culpable por las cosas que están fuera de tu control. Eso es evidente. Pero puedes cambiar tu forma de reaccionar ante las personas que intentan hacerte sentir así, lo que disminuye el estrés mental.
Mindfulness es el arte de vivir en el presente. Incorporar las herramientas y tácticas a tu rutina diaria puede cambiar significativamente tu forma de ver e interactuar con el mundo.
5. Liberar el juicio
Fundamentalmente, los humanos estamos hechos para juzgar. Al fin y al cabo, nos mueve el instinto de supervivencia. Pero el juicio se nos puede ir de las manos y convertirse más en un obstáculo que en una ayuda.
Cuando nos enfrentamos a una sobrecarga de juicios, es habitual que empecemos a sentirnos ansiosos y culpables. No sólo serás más crítico con los demás, sino también contigo mismo.
Aprender a liberarse de la prisión del juicio excesivo es difícil y lleva tiempo. Pero perseverar en el empeño reporta importantes recompensas mentales, como una notable disminución del sentimiento de culpa.
6. Practica el autocuidado
Convenientemente, un síntoma del autocuidado es la claridad mental. Y cuando la tienes, puedes separar mejor lo que realmente importa de lo que no.
La claridad te da control emocional, y el control emocional te protegerá de cargar con culpas innecesarias.
7. Habla con la persona
Todas las personas del planeta son complicadas, incluida la compañía actual. Además, los seres humanos somos mucho menos conscientes de nosotros mismos de lo que nos gusta pensar, y más de la mitad de las veces malinterpretamos los verdaderos sentimientos de la gente.
¿A qué equivale todo esto? Una tonelada métrica de falta de comunicación.
Por eso, intentar solucionar las cosas siempre es una buena idea, sobre todo si la persona en cuestión es un amigo íntimo o un familiar.
La mayoría de las personas no son conscientes de que están haciendo sentir mal a alguien, y una simple conversación puede resolver inmediatamente el problema.
8. Come bien y muévete
Lo has oído un millón de veces porque funciona: Comer bien y moverse a diario mantiene la mente y el cuerpo felices y sanos. Adelante. Pon los ojos en blanco. Seguro que no eres el único.
Pero una vez que hayas terminado, hazte un favor e inténtalo. Haz un autodesafío de 30 o 60 días en el que comas al menos tres cosas sanas al día y hagas ejercicio durante al menos 30 minutos cinco veces a la semana.
La primera semana será dura, pero cuando llegue el octavo día empezarás a notar (y ver) los beneficios.
¿Qué relación existe entre comer bien y hacer ejercicio y un sentimiento de culpa inapropiado? Las personas que se sienten mejor disfrutan de más confianza en sí mismas.
Y las personas con una autoestima sana son menos propensas a embarcarse en el equipaje de otras personas y menos propensas a sentir vergüenza o culpa cuando no han hecho nada malo.
9. Perdonate a sí mismo
Tal vez hayas hecho algo malo en el pasado, y por eso ciertas cosas te hacen sentir culpable en momentos inadecuados. Tal vez hayas aprendido la lección, pero sigas sintiendo culpa por tu comportamiento pasado.
Es más fácil perdonar a las personas que amamos que a nosotros mismos, sobre todo si ni siquiera puedes afrontar aquello de lo que te sientes culpable. Pero hacer este difícil trabajo te liberará y te permitirá deshacerte de la vergüenza que aún puedas estar arrastrando.
Reflexión final
Esperamos haberte ayudado a responder a la pregunta: ¿Por qué me siento tan culpable? Deshacerse de esta carga emocional es posible.
Prueba los consejos anteriores; quédate con lo que funcione y desecha el resto.
Sigue así y, con el tiempo, dejarás de ser una esponja de culpabilidad, ¡y serás una persona más feliz y sana!