¿Tu pareja siempre se niega a entender tus sentimientos, incluso te trata mal por expresarlos?
¿O tal vez algún familiar se burla y pone en duda todo lo que sientes?
En vez de hablar contigo o simplemente escucharte, te critican con frases como «no seas tan sensible» o «siempre exageras».
Estas relaciones suelen estar basadas en algo llamado invalidación emocional, que es cuando tus emociones y sentimientos son menospreciados o ignorados.
Esto puede causar problemas de salud mental.
Para ayudarte a entender mejor esto, vamos a ver las señales de advertencia y cómo puede afectar tu comportamiento.
¿Qué es la invalidación emocional?
La validación desempeña un papel importante en la formación de nuestra identidad y autoestima. Nos ayuda a entender el mundo, a dar forma a nuestros puntos de vista y a averiguar cómo y dónde encajamos en el panorama general.
En términos generales, la invalidación emocional se produce cuando alguien desestima tus sentimientos y observaciones por considerarlos insignificantes y no merecedores de consideración.
La interiorización de estos mensajes negativos sobre nuestra valía, estado emocional y personalidad puede erigir grandes obstáculos para la salud mental.
Sentirse invalidado desencadena comportamientos y respuestas emocionales negativas. Cuando otra persona nos rechaza, esto:
- Nos hace callarnos y tragarnos nuestros sentimientos en lugar de afrontarlos.
- Aumenta los sentimientos de inutilidad
- Erosiona la autoestima
- Aumenta la desconfianza en uno mismo
La invalidación es más difícil de manejar que otros tipos de abuso verbal directo, porque puede ser verbal o no verbal, accidental o intencionado.
21 señales de invalidación emocional en tu relación de pareja
¿Qué significa desestimar los sentimientos de alguien? Examinemos algunos ejemplos de invalidación.
Si te enfrentas a alguien que utiliza estas tácticas contigo, puede que merezca la pena intentar hablar con él al respecto.
Además, mantente atento a los comportamientos que puedas tener y, si es necesario, pide disculpas a las personas que hayas podido invalidar en el pasado.
1. Ojos en blanco
Poner los ojos en blanco puede ser histérico, ¡cuando va dirigido a otra persona! Pero cuando te cae encima una mirada irónica, es normal sentir la rabia de todos los dragones Targaryen.
En última instancia, es grosero, invalidante y puede tener un efecto profundamente negativo.
Así que intenta limitar la gimnasia visual únicamente a momentos desenfadados y humorísticos.
2. «¿Por qué eres tan emocional?»
Por desgracia, mucha gente se ha criado en el mito del estoicismo y se le ha enseñado desde una edad preverbal que mostrar emociones es malo o incluso inmoral.
La ciencia demuestra lo contrario. Reprimir pensamientos y sentimientos erosiona nuestra salud mental y afecta negativamente a la salud física, por lo que frases como «¿por qué estás tan sensible?
3. Utilizar una frase despectiva
¿Conoces a alguien que utilice una «coletilla» para señalar que no está de acuerdo con algo que has dicho? Algunos ejemplos comunes son decir «supongo» o «lo que sea» en un tono sarcástico y despectivo.
Responder de esta manera es un hábito odioso y pasivo-agresivo que proporciona una cobertura de negación plausible.
Estar en el extremo receptor de este tipo de burlas puede ser una locura, y es un claro ejemplo de invalidación emocional.
4. «Madura. Deja de actuar como un bebé»
Es un lenguaje que los padres tienden a utilizar con sus hijos durante los arrebatos de frustración, pero es un lenguaje que toda madre, padre y tutor debería eliminar de su biblioteca de respuestas.
Las personas somos seres complicados afectados por millones de influencias.
Todos metemos la pata y a veces necesitamos que nos mimen un poco, independientemente de la edad.
Desde un punto de vista sociopsicológico, muchas cosas que nos ocurrieron de niños nos afectan de adultos. Así que evita lanzar a la gente el sentimiento de «madura».
Es despectivo, y utilizarlo te convertirá en un hipócrita.
5. «Todo el mundo tiene problemas. Supéralos»
Jugar a las «olimpiadas de la opresión» no suele ser una buena idea.
Sí, todo el mundo tiene problemas.
Pero eso no significa que nuestros propios dolores no duelan.
Lanzar una amplia red de compasión es encomiable. La empatía, la simpatía y la sensibilidad son cualidades admirables.
Reconocer que todo el mundo tiene sus problemas es loable. Pero utilizar ese hecho para acallar a la gente suele ser más cruel que amable.
6. Comprobar el teléfono en medio de la conversación
Al conversar con alguien, hay pocas cosas más groseras que estar pegado al teléfono. No solo indica desinterés por lo que dice la otra persona, sino que también es una acción que invalida.
A veces, coger una llamada es inevitable. Pero si estás esperando una conexión importante, hazlo saber educadamente al principio de la conversación.
7. «¡Estás tan necesitado/a!»
Decirle a alguien que está «necesitado» puede ser devastador para él.
Además, la necesidad es una de esas cosas que todos mostramos en un momento u otro, aunque mucha gente tiende a reprender a los demás por mostrar ese comportamiento.
Estar necesitado es normal. Claro que ser demasiado pegajoso en determinadas situaciones puede no ser lo ideal.
Pero gruñirle «necesitado» a alguien cuando está pasando por un momento difícil roza la maldad.
8. Evitar el debate (esconder debajo de la alfombra)
Negarse a hablar de un problema que tienes con un amigo, familiar, compañero o colega es inmaduro.
El conflicto y la confrontación pueden resultar incómodos, pero es necesario resolver los problemas y crecer como personas.
Estás invalidando los pensamientos, ideas y sentimientos de la otra persona cuando te niegas obstinadamente a entablar una conversación para aclarar las cosas o escuchar las quejas de alguien.
9. «¡Deja de ser tan sensible!»
La sensibilidad no es una mala cualidad. Es bueno ser consciente de tus emociones y sintonizar con las de las personas que te rodean.
La sensibilidad es un ingrediente clave para una comunicación eficaz.
Así que la próxima vez que alguien te diga que seas menos sensible, ignora sus exigencias. La sensibilidad es una de nuestras señales de comunicación más esenciales.
10. Interrumpir
Interrumpir a alguien en mitad de una frase para hablar de ti mismo o volver a centrar la conversación en ti es increíblemente egocéntrico.
Por ejemplo, supongamos que «Julia» tiene una urgencia médica y la llevan de urgencia al hospital. La experiencia es angustiosa y al día siguiente llama a su amiga «Maria» para contárselo.
Al cabo de un minuto de conversación, María interrumpe a Julia para contarle cómo una vez tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital.
Algunas personas pueden pensar que están empatizando al compartir situaciones similares.
Aun así, suele ser mejor dejar que la persona que está pasando por un mal momento se desahogue antes de volver a centrar la conversación en las propias experiencias.
11. «Podría ser peor»
Todo podría ser siempre peor. Pero eso no significa que lo que ha pasado no sea malo o hiriente.
El «podría ser peor» es bastante bienintencionado, pero también es excepcionalmente despectivo.
Todos sufrimos de forma diferente, y es nuestro trabajo como amigos y familiares validar los sentimientos de nuestros seres queridos cuando están deprimidos.
Así que deja frases como «podría ser peor» o «al menos tú…» en la estantería. En la mayoría de los casos, no son útiles.
12. Negarse a «entender» ciertas peticiones
¿Alguna vez has discutido con alguien y se niega a recordar ciertas cosas que dices y que cambian la dinámica de la situación?
Por ejemplo, digamos que «Carlos» está enfadado con «Adrian» por decir siempre «lo que sea» cada vez que Adrian no está de acuerdo o no entiende algo. Carlos señala que es despectivo y frustrante.
Unos días después, Carlos le dice a Adrian: «Podemos hacer lo que quieras el viernes», y Adrian se asusta. Dice que es injusto que Carlos use la palabra «lo que sea» cuando él, Carlos , no puede.
En nuestro ejemplo, Adrian está siendo obtuso a propósito. Sabe que su amigo se opone a su uso de «lo que sea» como interjección despectiva, no en el habla normal.
Sin embargo, intenta hacer creer a Carlos que su petición es ridícula. Es un caso clásico de invalidación.
13. «Sólo estaba bromeando!»
¿Conoces a alguien que se oponga a toda crítica de comportamiento con: ¡Sólo estaba bromeando!
Es una evasiva perezosa, por no decir excepcionalmente despectiva.
Claro, todos contamos de vez en cuando chistes «verdes» o inapropiados que no caen. Pero no estamos hablando de eso.
Decir cosas insensibles e irreflexivas y ponerse a la defensiva cuando se le llama la atención por ello es un hábito que todo el mundo debería esforzarse por superar. Es muy invalidante y frustrante.
Además, las personas que se comportan así suelen quedar fuera de las listas de invitados.
14. Ignorar
Sabes que ignorar a la gente es grosero e invalidante. Es una de las primeras habilidades de socialización que aprendemos.
Y, sin embargo, en estos días, el ghosting es rampante.
Entendemos la necesidad de ignorar a la gente. Y claro, a veces es necesario. Pero, en general, dedica tiempo a cerrarte cortésmente.
Puede resultar incómodo, pero permite que la gente sepa a qué atenerse.
15. «Sé exactamente cómo te sientes»
Nueve de cada diez veces, la gente dice algo como «sé exactamente cómo te sientes» para darte ánimos.
Casi siempre intentan hacerte saber que no estás solo, lo que puede ser útil en algunas situaciones.
Desgraciadamente, decir «sé exactamente cómo te sientes» tiene un efecto distinto del deseado.
La persona que lo recibe puede sentir que el interlocutor está haciendo que la situación gire en torno a ella.
16. «No veo el problema»
Las experiencias son tan variadas como las personas, y es temerario suponer que todo el mundo tiene las mismas dificultades, obstáculos y encuentros que uno mismo.
Que tú no veas un problema no significa que no lo haya.
Déjate guiar por la compasión y piensa en cómo te sientes cuando alguien desestima tus preguntas y preocupaciones.
17. «Consigue nuevos amigos»
Esta es una ocurrencia habitual de padres cansados y frustrados. Suele ocurrir cuando un niño está disgustado por cómo le van las cosas socialmente.
Después de escuchar los problemas de su hijo, un padre puede querer ofrecer una solución y decir algo directo como: «Bueno, búscate nuevos amigos. Los que dices suenan fatal».
Los niños y los adultos encuentran frustrante ese tipo de respuesta «facilona». Al fin y al cabo, si conseguir nuevos amigos fuera tan sencillo como chasquear los dedos, todos viviríamos en un estado perpetuo de comodidad y apoyo.
Por eso, cuando alguien nos sugiere que hacer amigos es fácil, nos sentimos deficientes.
Así que ten cuidado de que tus sugerencias aparentemente útiles no sean en realidad invalidaciones.
18. «¡No deberías haber hecho eso!»
Si alguien comete un error y lo sabe, lo último que quiere oír es: «¡No deberías haberlo hecho!. ¡Lo sabes!
Puede decirse desde la rabia y la frustración, pero es perjudicial, sobre todo si la persona es un amigo o un compañero. Necesitan tu apoyo, no una reprimenda.
19. Esconderse detrás de un papel o un libro
Los periódicos se están convirtiendo poco a poco en algo del pasado, pero esconderse detrás de un papel analógico es una jugada clásica de invalidación.
Perderse en un libro es comprensible, pero si alguien intenta conversar contigo, sé educado y deja tu material de lectura.
20. «¿Por qué te tomas todo tan en serio?»
Amonestar a alguien por tomarse las cosas «demasiado en serio» es despectivo. El estrés es singular, y lo que puede ser una situación grave para un amigo puede ser un segundo pensamiento para ti.
Así que cuando alguien acuda a ti con sus problemas y te pida llorar en tu hombro, haz todo lo posible por no ser frívolo.
21. Redirigir la conversación
La gente puede desahogarse y hablar de sí misma.
A veces, lo más amable que puedes hacer es dejar que alguien hable hasta que se canse. Resiste el impulso de aportar una solución redirigiendo la conversación hacia algo que hayas experimentado u oído.
El protagonista de la conversación debe ser el amigo o familiar que necesita consuelo.
¿Cuáles son los efectos de la invalidación emocional en las relaciones?
La validación es vital para un desarrollo mental y conductual sano, y es un proceso que dura toda la vida. Las personas mayores necesitan ser validadas tanto como los adolescentes y los niños pequeños.
Es un ingrediente clave a la hora de aprender a confiar en nuestras emociones, que es un constante e interminable vals emocional entre el consciente y el subconsciente.
La validación también desencadena la liberación de hormonas del bienestar que equilibran las emociones y regulan el estado de ánimo.
Por eso, su carencia puede provocar una depresión fisio-psicológica. La Dra. Anne Brown, terapeuta licenciada, describió una vez la invalidación emocional como «una de las formas más letales de abuso emocional».
La falta de validación también puede provocar:
- Graves problemas de identidad
- Bipolarismo
- Mala toma de decisiones
- Autoestima patológicamente baja
- Diversos problemas y afecciones emocionales que pueden afectar a la vida personal y profesional
¿Es la invalidación una forma de maltrato emocional?
Sí, invalidar los sentimientos es un comportamiento tóxico que la mayoría de los terapeutas consideran abusivo.
Lo que lo hace aún más complicado es que la invalidación suele ser accidental. La gente suele decir cosas equivocadas con la mejor intención.
La frecuencia con la que ocurre es la razón por la que la invalidación emocional es una forma de abuso profundamente hiriente e insidiosa.
Nos enfrentamos a ello constantemente, pero detectar el problema puede ser todo un reto. Al fin y al cabo, nadie quiere criticar a alguien que tiene buenas intenciones. Pero a veces es necesario para mantener la salud mental.
Si la persona es madura, amable y tiene buenas dotes de comunicación, entenderá tu punto de vista inmediatamente, se disculpará de verdad y te abrazará.
Sin embargo, si la parte ofensiva tiene su propio bagaje, puede explotar y ponerse a la defensiva.
Pero las personas con las que hay que tener cuidado son las que invalidan deliberadamente tus emociones y minan tu autoestima de forma pasivo-agresiva.
¿Cómo responder a la invalidación emocional?
Una de las cosas más importantes que hay que recordar sobre la validación emocional es que no confiere implícitamente un acuerdo.
En otras palabras, no es necesario que alguien esté de acuerdo contigo para validarte.
La respuesta adecuada dependerá de si la excavación ha sido accidental o intencionada.
Si no ha sido intencionada, estos son los pasos a seguir.
- Explícale con suavidad pero con claridad que lo que ha dicho es hiriente e invalidante.
- No te tires al cuello; la gente suele decir cosas que invalidan cuando intentan ser amables y serviciales.
- Si responden y se disculpan, estupendo; si están a la defensiva y son insolentes, es algo que hay que archivar para futuras consultas, ya que revela cosas sobre su personalidad.
Sin embargo, si la persona que te invalida está minando tu autoestima a propósito, negándote elogios o gastándote bromas pasivo-agresivas, puede que haya llegado el momento de plantearse su papel en tu vida.
- Si se trata de un colega, profesor o familiar del que no puedes escapar, lo mejor es aprender a ignorar sus comentarios invalidantes.
- Esfuérzate por no interiorizar sus ataques. No eres tú, son ellos.
- Recurre a un coach o terapeuta profesional que pueda ayudarte a desarrollar herramientas de afrontamiento eficaces.
- Lee con regularidad sobre el tema y hazte con un repertorio de citas y afirmaciones que puedas utilizar cuando lo necesites.
Algunas reflexiones finales
La invalidación emocional es matizable porque, a veces, la gente necesita que la «saquen» de ciertas cosas cuando se dirige hacia un precipicio con los ojos vendados.
Cuando surjan situaciones de «amor duro», dale fuerte al «amor» y suave con el «duro». Es un método mucho más eficaz.
Pero te dejamos con una buena noticia: Una vez que aprendas a reconocer y rechazar la invalidación emocional, probablemente también notes que tu estado de ánimo mejora.
Y no olvides considerar cómo puedes haber invalidado sin saberlo a otras personas en el pasado.
Si sigues en contacto con la persona a la que heriste, pídele perdón, aunque sea años o décadas después. Una disculpa sincera y atenta casi siempre se agradece.